
Cómo es:
Morfología:
Presenta el bogavante un cuerpo robusto de color azul oscuro jaspeado que acaba en dos potentes pinzas de desigual tamaño. Las usa como instrumento de sujeción y para atacar y desgarrar las presas, a modo de tijera. En las pinzas presenta unos dientes finos y serrados y tiene siete anillos en el abdomen. Su crecimiento es especialmente lento, lo que obliga a que seamos muy rigurosos con las tallas y vedas para prevenir su desaparición.
Alimentación:
Se alimenta de sepias, calamares, pulpos y pequeños peces.
Reproducción:
La hembra pone miles de huevos, una vez cada dos años, y las diminutas crías nadan y se dejan llevar por las aguas durante un periodo de hasta cinco semanas antes de asentarse en el fondo. Pueden vivir hasta 50 años, su crecimiento es lento y como otros crustáceos lo realiza con mudas regulares de su caparazón, que disminuyen a medida que se va haciendo adulto.
Especie:
Pertenece a la suborden Reptantia, de la orden Decapoda.
Diferencias con especies similares:
Aún siendo un experto resulta difícil diferenciar el bogavante gallego del británico por su gran parecido, ya que ambos pertenecen a la misma especie. Pero es más fácil distinguir éstos del canadiense, pues posee un color ocre mucho más extendido en la parte baja del caparazón y nunca llega a ser tan oscuro como el gallego o el británico, que por otra parte sus coloraciones azules son evidentes, mientras que en el canadiense son prácticamente inexistentes. Una vez cocido, el bogavante al igual que otros muchos mariscos, se vuelve rojizo, adquiriendo un tono más intenso en los ejemplares gallegos y británicos que en los canadienses. La cabeza, más picuda, las pinzas más grandes, el color pardo oscuro o marrón y la ausencia de pintas blancas del bogavante procedente de Canadá, también son elementos útiles que lo diferencian.
Anecdotario:
El bogavante puede presumir de ser el crustáceo más grande. Si nos encontramos a este animal buceando debemos tener cuidado, porque puede provocar heridas graves con una de sus pinzas. Sus grandes pinzas no son iguales, una de ellas tiene los dientes romos para poder triturar la concha de su presa, y la otra posee dientes más finos y afilados para desgarrar la carne.
Cómo se pesca:
Vive en zonas rocosas o ancatilados, en profundidades de menos de 40 metros. Se captura con nasas especiales y ocasionalmente al trasmallo, miños y también en las raeiras (arte de enmalle). Se han hecho varias experiencias de cultivo, aunque no se han consolidado de momento.
Gastronomía:
Es un manjar deseado y buscado, pero cada vez más escaso. Para cocerlo conviene atar las pinzas delanteras. Se pone a cocer abundante agua con sal (deberá quedar tan salada como el agua del mar). Cuando rompa el hervor se sumerge el bogavante y cuando recupere el hervor se cuentan treinta minutos para un peso de dos kilos. Se saca de la cazuela y se mete en un cuenco con hielo. Para abrirlo darle la vuelta, dar dos cortes y extraer la cola entera sin romperla. Se corta en medallones. Las pinzas delanteras se pueden servir enteras o ya un poco cascadas con las tenazas especiales para marisco.
Además el arroz con bogavante o unas fabes con bogavante son dos maneras de maridar a este excelente marisco. Las cazuelas de mariscos, caldeiradas o suquets resultan de lujo si cuentan como ingrediente al bogavante.
Lo ideal es cogerla viva, cortarla por la mitad a lo largo y así hacerla a la parrilla. Después consumir la carne de la cola y extraer la de la cabeza con unas gotas de limón o la clásica mayonesa. Además la cola de langosta cocida y cortada en medallones se acompaña con lonchas de trufa y caviar. Hay otras preparaciones como la que se hace con chocolate.
La carne de la cabeza es excelente para mezclar con salsas calientes o la clásica mayonesa,tártara o bearnesa.
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